Es septiembre de 2014 por las vacaciones de Andrea y Pancho, las colaboradoras, Jaqueline Stäblein y Caroline Busse, vinieron desde Alemania para cuidar a los perros de nuestra finca.

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Durante ese periodo y por primera vez, también fueron a la „Finca Manolo“ junto con Thomas Herold el día 17 de septiembre. A pesar del tiempo que Pancho y Andrea dedicaban al cuidado de la finca cada semana, el dueño Manolo fue intransigente y no quería que trabajásemos para lograr que los perros fueron adoptados, manifestando que los perros eran suyos o de otras personas.

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Aunque por el trabajo semanal se había mejorado la situación de los perros, la visita de Carol y Jaqueline a la finca de Manolo fue muy impactante para ellas ya que, aún quedaba mucho trabajo por hacer, que básicamente era mejorar la higiene de los perros, limpiar el entorno de excrementos y también estaba el suelo lleno de comida la cual, Manolo la traía de las sobras de los restaurantes.

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Cuando cambiamos el „agua potable“ porque estaba negra, dentro encontramos ratas muertas en varios cubos y en uno de ellos había 5 ratas.

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Después de 3 horas de duro trabajo logramos remediar en la medida en que pudimos, mejorar la situación de los perros y su entorno sabiendo también que, dentro de una semana encontraríamos la situación igual o peor. A pesar que  llevaban trajes protectores las ayudantes, éstos estaban llenos de pulgas y garrapatas, se habían traspasado de los perros a ellas. Había dos pequeños cachorros de podencos que estaban en muy mal estado en general.

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Logramos recuperarlos y los llevamos a casa, para en su momento, entregarlos a una casa de acogida.

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En un cobertizo vivía una pequeña hembra mestiza de perro salchicha, la llamamos Marina y la trasladamos con nosotros a la Finca Esquinzo. La bañamos y le pusimos champó durante tres lavados y a pesar de todo pasaron días, hasta que por fin pudimos lograr que los parásitos desaparecieran.